Cuando el oso vio que los gansos partían hacia el sur y las hojas de los árboles empezaban a caer, supo que era hora de buscar una cueva donde hibernar. Mientras dormía, muchos hombres construyeron una inmensa fábrica encima de su cabeza. Qué terrible sorpresa se llevó el oso cuando despertó de su larga siesta invernal.
El Oso no lo Era | Frank Tashlin
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